La dureza es una medida de la resistencia de un
metal a la deformación permanente (plástica). La dureza de un metal se mide
forzando la indentación de un penetrador en la superficie del metal. El
penetrador, que normalmente es una bola, pirámide o cono, está fabricado con un
material mucho más duro que el material a ensayar. Por ejemplo, el material
empleado en estos penetradores suele ser acero templado, carburo de tungsteno o
diamante. En la mayoría de los ensayos de dureza normalizados se aplica
lentamente una carga conocida, que presiona el penetrador contra la superficie
del metal a ensayar y perpendicularmente a ésta. Después de producir la
indentación, se retira el penetrador. Se calcula o se lee en un dial un número
empírico de dureza basado en el área del corte transversal de la huella
producida o en su profundidad. (Smith,2009, p.227) [1].
La dureza del material se mide
según sea la facilidad con la que puede
ser deformada plásticamente, por lo tanto se puede asignar una relación
experimental de dureza para cada material en particular. El ensayo de dureza no
es destructivo, es por eso que es común la utilización de este ensayo en
control de calidad de procesos industriales.
Los ensayos de dureza se
diferencian por los diferentes tipos de penetradores y huellas, que se utilizan
para obtener la medición. Entre los diferentes tipos encontramos la dureza
Leeb, dureza Vickers, dureza Rockwell y dureza Knoop.
[1]
Smith, W. Hashemi,J. (2006), Fundamentos de la Ciencia e
ingeniería de los Materiales. Editorial. McGraw Hill. México.